El síndrome kiwi - Lars Vintergatan

Título: El síndrome kiwi
Autor: Lars Vintergatan
Editorial: Autopublicado (venta en Amazon)
Año: 2019
Nº de páginas: 209
Sinopsis: Jules Eagle, un dentista recién graduado en Dunedin, decide, después de sopesar no volver nunca a su pueblo, casarse con Haere Paniora, una chica procedente también de Okarito con la que lleva varios años de relación. Ese hecho trastocará los planes de vida de ambos y los empujará a una monótona existencia en la que parecen haber encontrado el equilibrio entre lo que son y lo que parecen ser. Un encuentro accidental de la chica con Adler Fuchs, un investigador alemán del hábitat de los kiwis, hará que afronte la realidad cuando ya siente que no puede contar con su mejor amigo Connor Bowers, el último que la ataba a un compromiso que nunca quiso asumir.
Impresionantes paisajes en el verano austral de Nueva Zelanda, viajeros perdidos en lo más remoto y secretos que nunca se han dicho en voz alta se alinean en una trama que nos hará pensar sobre lo que esconde y desea de verdad el ser humano.

Opinión personal: 

Antes de empezar con la reseña, me gustaría agradecer al autor la oportunidad por haberme mandado el libro y darme total libertad para poder escribir la reseña. También deciros que si queréis adquirir su libro, arriba tenéis el link directo para poder comprarlo. 

La historia nos cuenta la vida de Jules, un chico que ha tenido la vida un poco difícil en la juventud ya que junto a su amigo Connor han sido siempre el centro de las burlas. Por otro lado tenemos a Haere (me encanta este nombre), una chica que es compañera y novia de Jules, siendo ambos del mismo sitio. Cuando termina la universidad Jules decide pedirle matrimonio a esta y ahí es donde empieza toda la historia. 

Durante la primera parte del libro vamos a ver la relación de Haere y Jules, cómo va cambiando y a la vez se va truncando por la vida que llevan. Además, la protagonista va a descubrir un detalle bastante significativo que va a provocar que todo esto vaya cada vez a peor. 

A simple vista parece una historia bastante plana por lo que os puedo contar, pero lo cierto es que cada personaje tiene su propia lucha, sus propios motivos que los llevan a ser cómo son y serán estos los que vayamos descubriendo capítulo tras capítulo. A mi parecer, la forma en la que está tratado el secreto de Jules, escrito con esa delicadeza que mucha gente se puede sentir identificada con la lucha interior que se está librando dentro del chico, esa negación, falta de aceptación y superación. Me gusta que a lo largo del libro el personaje vaya evolucionando con este aspecto (aunque he de reconocer que al principio no me caía demasiado bien jaja). 

En cuanto a Haere le va a dar el punto de enganche y drama a la historia, ya que conoceremos su procedencia y qué ocurrió realmente con su pasado. La forma que tiene Haere de enfrentar los problemas en la relación y cómo decide tomar las riendas de la situación pese a los momentos difíciles que ha tenido que superar, me hace pensar que es una gran mujer que sabe aceptar y enfrentarse a los problemas, un poco al contrario de Jules. 

Quizás el final es un poco de sopetón, me ha faltado un poco de conexión con cierto personaje para llegar a intuir quién podría ser, pero aun así, tal y como termina la historia en los diferentes puntos de vista, creo que es el más acertado, aunque tengo que reconocer y no sé si sentirme mala persona por reírme del por qué del título del libro y la situación de Jules. Espero que si leéis el libro me comentéis si os habéis reído en esta parte. 

Por último me gustaría destacar la disposición de los capítulos, ya que es algo que me ha llamado la atención. Los capítulos principales están escritos en tercera persona, por lo que vamos a conocer desde fuera la situación de nuestros protagonistas, mientras que hay capítulos sueltos que hacen referencia a otros personajes de la historia de los cuales se introducen en los siguientes capítulos o ya se han dado algunas pinceladas anteriormente. Estos están escritos en primera persona, lo cual nos permite conocer más en profundidad y saber de primera mano cuáles son los pensamientos de estos personajes secundarios. 

Además, me gustaría añadir que al inicio de cada capítulo principal, el autor nos explica una palabra en concreto de Nueva Zelanda que es originaria de alli, bien sea un lugar, una comida, una planta... y también una fotografía. Lo que más me ha gustado es el detalle del autor de explicarte este concepto que posteriormente aparecerá en el capítulo, de modo que sabes de qué está hablando, mientras que la fotografía te das cuenta que también tiene que ver con el capítulo, lo que hace que en todo momento te ubiques y no pierdas para nada el contexto. 

En términos generales y como seguramente hayáis podido comprobar, ha sido una historia que me ha gustado mucho, tanto por la historia, el trasfondo y el dinamismo de la lectura. Lo he disfrutado mucho pese a ser una novela corta, esto demuestra que no hace falta escribir una novela de muchísimas páginas, sino que si la historia está bien contada, bien hilada y sintetizada (ya sabéis que odio las excesivas descripciones porque hacen que pierda el hilo de la lectura) no hace falta que el libro sea larguísimo para pasar un buen rato y disfrutar de un libro. 

Así que ahora os toca a vosotros contarme qué os ha parecido la entrada, ¿os ha llamado la atención? ¿os apetece saber cuál es el síndrome kiwi? Déjamelo abajo en comentarios y si te ha gustado la reseña me encantaría que la compartieses en tus redes sociales. 

Un abrazo y nos leemos muy pronto!